lunes, 23 de abril de 2012

El oráculo.


                
Un pozo que se antoja brillante bajo el baño del sol, a la sombra de una palmera cuyos cocos dignifican el sabor del agua más reponedora que ha dado la madre naturaleza, y la arena se torna pasado, queda atrás, ahora el baño a bajas temperaturas, refresca la sed que desde hace rato brotaba en quejidos al aire. Pero te acercas y tus ojos notan lo disímil, o mejor dicho, la igualdad, era solo tú mente, un oasis en el desierto, una ilusión, era tu ego teniendo sexo con tu ignorancia para engendrar al oráculo.

                
Ni más ni menos, un canto de mitos, una figura irreal en el fútbol, una textura que se confunde de vez en cuando con la capacidad de entender el juego y nada se mueve más lejos de la realidad.
                
“Dinámica de lo impensado” así esto, porque en la vida lo único seguro es la muerte y lo único constante es el cambio, pero nos negamos a entender, dejando de lado el inmenso placer hormonal que genera el querer adivinar el futuro, más aún cuando con un poco de suerte atinamos el marcador final.
                
Que la Liga estaba sentenciada por el Madrid cuando este tenía 7puntos de ventaja, son sentencias similares a: “estamos a un punto”, cuando el Barça recortó a 4. El fútbol hay que jugarlo y quien cuenta los pollos antes de nacer se lleva una inmensa decepción. Por lo pronto la UCL se prevé de drama y emoción, pero limitemos a disfrutar o a tratar de predecir, sanamente, entendiendo que dentro de nuestros sentidos podemos imaginar y construir nuestro futuro, pero muy lejos estamos de adivinar el ajeno, más aún en lo inesperado e impensado del juego.


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