domingo, 19 de febrero de 2012

El enigma del capitán.

Y maldicen una y mil veces esas peguntas que alguna vez marcharon por tu mente: “¿Quién soy?” “¿Qué hago aquí?” “¿Cuál es el sentido de la vida?”. Y una y mil veces el destino se cruza con la bella ignorancia, dando un abrazo sin importancia a los temores existenciales más risibles del ser humano, entre la desaparición física hasta el aferrarse a momentos, objetos y personas. Es que ni ese amor tan falso y realista de Hollywood es para siempre, después de todo, como alguna vez escuché decir a los labios de mi madre: “O se acaba la vida o se acaba el amor”

                
¿Y por qué nos jodemos entonces? ¿Por qué si sabes que al final morirás, decides sufrir tanto por cosas que aunque las hayas comprado nunca serán tuyas? ¿Por qué te crees dueño de un cuerpo con destino a ser mascado por la indiferencia de los gusanos? ¿O veneras a Dioses-Humanos cuya mierda huele igual o peor que la que tú defecas?
                
Que fácil es el ser humano, ¿Quién dijo que era complejo?, la mayoría vive entre la aversión y el apego, y se maldice por su adicción a desear mientras encumbra hazañas que lo hacen pensar que el placer duele, que el amor es triste, que estar deprimido es lindo, que llorar es de débiles y que para alcanzar la meta hay que sufrir.
                
Si existen maestros espirituales seguro lloran por nuestra ignorancia o ríen con tristeza porque creemos tener las respuestas a todas las mentiras y las mentiras a ninguna verdad. Pobres, seguimos sin asumir que la felicidad es un estado interno y que la prosperidad va de la mano con la satisfacción en todos nuestros roles. Crees que al graduarte tu vida tendrá sentido,o si esta mujer se hace tu esposa, si ganas tanto dinero o si alzas la UCL.
                
Pobres, el fútbol inglés, mundial y el planeta tierra en general, se llena de personas que buscan satisfacción en un solo punto de su vida, pero cuando el cura renuncia a todo acto sexual, el lado genital que tenemos todas las personas, termina, en un futuro, mutando en lujuria pujante que brota en la violación.
                
Una lástima; recuerdo algún día haber charlado con un excompañero, éramos sub17 y viendo con pena como Adriano tiraba su carrera por la borda gemíamos que él tuviera el talento que otros queríamos y lo desperdiciara de ese modo.
                
Hasta de jugadores ejemplares he escuchado, como Rayan Giggs, del cual comentan, en las calles oscuras de Manchester, sobre infidelidades y adicción al sexo. Todos vimos caer a Tiger Woods, el ejemplo del atleta total. ¿Quién no ha osado juzgar el rostro de famosos por sus affaires o desastres fuera de su rol público?
                
Con la misma certeza que John Terry hace de líder dentro de cualquier vestuario, su vida privada amenaza nunca ser vivida, bajo la coartada de desear que llegué el próximo partido, así placeres antes reprimidos estallan en versiones sublimes de los mismos. Pobre Terry, de escandalo en escandalo, cuando puede que un día, sin darse cuenta, como muchos otros, decidió solo ser futbolista y solo ser ganador, aislando su felicidad a un plano hipócrita de la sociedad.
                
Una lástima que Pelé y Maradona, con todo lo que han logrado, sigan siendo esclavos de su ego, infelices por consecuencia y creídos en tristeza. Rooney, Ronaldinho, Cristiano, Ronaldo, Robinho y muchos más, al igual que John, han llenado portadas por acciones fuera del campo, y luego se critica a Beckham por ser padre de familia, esposo de su esposa, y a parte del fútbol, vivir toda su vida.
                
Fabio Capello dejo huérfana a la selección inglesa a pocos meses de la Euro, quizás solo por orgullo ante una violación externa a su autoridad. Los escándalos de Terry siguen de juicio en juicio, y su figura es una eterna juzgada de la prensa inglesa. Ojala como sociedad, algún día podemos entender que la felicidad es ahora, que el éxito es solo un estado interno, que el camino es la meta y la meta es la celebración, que el deseo nos hace sufrir, el apego y la aversión nos lleva a la locura; y es que espero que entiendas como analogía para con tu vida diaria esto de que: el fútbol es solo fútbol.
Sé feliz.
Para seguir leyendo: Café con arepa.

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