martes, 28 de febrero de 2012

Pep, el eterno probado.

Vaya que amaneció haciendo frio, levantarme temprano, otra vez, ha sido un gran esfuerzo porque aunque me esté yendo genial, al margen de aquellos que siempre juzgan ante la sordera de mi oído, hoy, solo hoy, dudo de estar tan motivado como de costumbre y hasta las gotas que de apoco caen en el lado externo de mi ventana, lloran por algo, yo que sé, solo sé que el cielo sigue goteando, mientras recuerdo, aquel día, en el que sentado en una pizzería conversé con una amigo respecto al tema sociopolítico-cultural-mediático-ecológico-trascendental del momento… Pep vs Mou (?), ante el tacto de su pedazo de comida que engullía entre los dientes de una aserción siempre refutada de mi parte: “Pep debe ser probado en nuevos aires”, y es bien sabido que este tipo de cuestiones son un cuervo negro volando a las afueras del planeta fútbol o hasta social, que puede que reflejen los cochinos criterios competitivos del juego, nada más.


Como si necesitaras tener 50 esposas para probar (¿A quien?) que sabes amar. Amar con pasión a una sola ante la duración de la vida o del momento siempre cae en el disfrute del surf sobre las olas cambiantes. Tanto, que el propio Guardiola ha sabido evolucionar al Barcelona desde su primer año; al principio con mutaciones anuales, ahora mensuales y hasta semanales. Brillante.
                
…Brillante la esfera de doctrinas, conceptos he idiosincrasias que el maestro Pep ha dejado al fútbol y a la sociedad, valiendo a la mejor metáfora de vida, al fútbol. Suma y suma, quizás con conceptos sin su autoría (¿Realmente hay algo que puede ser todo nuestro?), pero con su optimización y hasta progreso en la invención de nuevas formas. Un maestro, ejemplo de conducta para la sociedad, con suavidad de gran comunicador.
                
Pep sabe que el ritmo de competencia es muy alto y predijo un futuro oscuro tras el triplete, el cual nada tendría que ver con un bajón brutal de rendimiento, sí con ganar un poco menos que el ganarlo todo.
                
Ante eso, duda de su renovación y nadie se dibujó mejor en el lugar común de: “El técnico vive con la maleta en la puerta” como el propio Guardiola.
                
Desde afuera es muy fácil juzgar o especular, desde el calor interno solo el propio guía sabrá que avión pasa en este momento por su cabeza o que aguas, turbias o calmadas, navegan su emocionalidad.
                
Desde afuera oímos un magno recital de amor por parte de su plantilla, todos en la fe de que su técnico renueve; y seguro estoy que hay cosas mucho más importantes para narrar en el mundo al margen del sí o no del técnico blaugrana, incluso hoy que en España su renovación casi parece tema nacional, más aún tras decir: “No creo que ganemos esta liga” ¿Y yo que sé? La frase puede coger para miles de lados, solo creo, que con Guaridola o sin Guardiola, la tierra seguirá girando pues lo único constante es el cambio. Siga o se vaya, su huella ya esta intacta y tatuada en los nuevos paradigmas del fútbol mundial.
Para seguir leyendo: El goleador

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