jueves, 26 de enero de 2012

El Barcelona despejó.


“No, no, así no… Acuérdate que tú vas de aquel lado y él del otro” “Eso es…” “¡No! ¡Así tampoco!.... ¿¡Entonces!? ¿En que momento cambiaron los roles?”.
                
La mirada perdida del director de la obra se hundía en un cambió, no pautado, de dialogo entre los protagonistas, como aburridos del ardor habitual, la sensibilidad a lo nuevo se adueñó del Camp Nou, mientras el rendido director, se dignaba a escribir con las estrellas, la palabra “PAR-TI-DA-ZO”, para adornar así lo blaugrana de la monotonía del cielo.

                
Esos que suelen vestir de blanco, recordaron el valor de su escudo y como quien despierta de un sueño, las lagañas de los ojos de Mourinho se limpiaron ante la frescura de un tal Kaká y Ozil, dejándolo ver las ventas de un pasado reciente en el que Florentino Pérez mostraba con orgullo el costo de su plantilla, grosero quizás desde cualquier sonido de “crisis”, pero con altas de primer nivel, para forma un equipo digno de jugar al fútbol…
                
Salieron a atacar y pusieron en peligro el aliento culé; es que como dijo alguien en un comentario al blog, “El Madrid siempre es el Madrid”; tan así, que incluso por momentos el Barcelona fue el Madrid y el Madrid el Barcelona.
                
Unos con llegada y acorralando al rival, los otros de contra y con pegada. Todos atónitos ante la novedad de un gran partido que llevaba como eje del caudal al gran Sergio Ramos, ese que oyó el aplauso a la injusticia de una tarjeta roja.
                
Así se le iba entonces el partido a Mourinho, como si no bastase con ser protagonistas en algún momento quisieron ser directores, olvidando la obra y rescribiendo la novela. Patadas con entradas bruscas, haciendo caso omiso al gesto de caballero del que fue herido vilmente por el juez central, dejando la sensación de querer convertir alguna injusticia en justicia (?)
                
De cualquier forma, fue un largo trayecto en el que al verse al espejo, los de Pep poco se reconocieron, y aunque un marcador los hace pasar, como dijo @martiperarnau fue porque “sobrevivieron”.
                
Las diferencias entre uno de los mejores equipos del momento y el mejor equipo de todos los tiempos, rozaba la desidia a establecer otras formas de juego, y juró que Cr7 se quedo en el banquillo, dando paso a Cristiano Ronaldo, eso sin contar con el mejor Alonso, pero sí con dos grandes enganches, luego con un magistral Benzema y casi siempre con la grandeza de Sergio Ramos.
                
El Real Madrid asumió que le podía jugar al Barcelona y así fue; las excepciones existen y aun es complejo que le gane un serie, aunque ahora sí deja un aplauso de orgullo por su propia mejoría, la cual ojala les sirva de empuje para lograr otras metas más cualitativas o cuantitativas que esa ficticia obsesión por sacarle un triunfo a su eterno rival.
                
Lo del Barcelona es una historia que ya queda escrita en la antología del fútbol, y hoy, tras el frío de aguas turbias, el Real Madrid, asumió como viable un estilo que le de mayores probabilidades, dejando de lado el temor vanidoso del ego de Mou, al fracaso. Quizás alejando las obsesiones, puedan construir, aún durante este ciclo glorioso culé, “excepciones” en títulos de Liga (5pts de ventaja), Champions o en un futuro (Como ya lo hicieron), de Copa.
De interés: Maldito Facebook

No hay comentarios:

Publicar un comentario