Un
pozo que se antoja brillante bajo el baño del sol, a la sombra de una palmera
cuyos cocos dignifican el sabor del agua más reponedora que ha dado la madre
naturaleza, y la arena se torna pasado, queda atrás, ahora el baño a bajas
temperaturas, refresca la sed que desde hace rato brotaba en quejidos al aire.
Pero te acercas y tus ojos notan lo disímil, o mejor dicho, la igualdad, era
solo tú mente, un oasis en el desierto, una ilusión, era tu ego teniendo sexo
con tu ignorancia para engendrar al oráculo.
Ni
más ni menos, un canto de mitos, una figura irreal en el fútbol, una textura
que se confunde de vez en cuando con la capacidad de entender el juego y nada se
mueve más lejos de la realidad.
“Dinámica
de lo impensado” así esto, porque en la vida lo único seguro es la muerte y lo
único constante es el cambio, pero nos negamos a entender, dejando de lado el
inmenso placer hormonal que genera el querer adivinar el futuro, más aún cuando
con un poco de suerte atinamos el marcador final.
Que
la Liga estaba sentenciada por el Madrid cuando este tenía 7puntos de ventaja,
son sentencias similares a: “estamos a un punto”, cuando el
Barça recortó a 4. El fútbol hay que jugarlo y quien cuenta los pollos antes de
nacer se lleva una inmensa decepción. Por lo pronto la UCL se prevé de drama y emoción,
pero limitemos a disfrutar o a tratar de predecir, sanamente, entendiendo que
dentro de nuestros sentidos podemos imaginar y construir nuestro futuro, pero
muy lejos estamos de adivinar el ajeno, más aún en lo inesperado e impensado
del juego.
Para leer: Cuando el fútbol deja de ser fútbol
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